JOHNNY CASH. Ese campesino de Arkansas, símbolo de la cultura del siglo 20, que luego de estar destacado en Alemania durante la guerra de EEUU con Corea, regresa a su patria para casarse e instalarse en Memphis, con el plan de tentar suerte en la música. El hombre que luego de ser descubierto por Sam Phillips (productor de Elvis Presley) llevó el country al rock n roll y viceversa. Ese que perdió a su hermano mayor cuando niño, y culpado por su padre por la pérdida, arrastró esa herida en el alma hasta el día de su muerte. Cantaba himnos religiosos con su madre desde el vientre y oía cantar en la radio a la niña June Carter, con la que luego de proponérselo en escena, se casaría.
Idolo de muchos de los músicos que escuchamos hoy y siempre alerta a lo nuevo en la música. Siendo viejo fue joven y grabó canciones de grupos como Soundgarden, U2, Depeche Mode o NIne Inch Nails. Una antena muy atenta en un mundo que no manda necesariamente sólo buenas señales. Su dolor e incomodidad están estampados en su obra como una marca registrada que a través de la música puede hasta salvar vidas.
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